<………..El martes recibí el premio de Editorial Perfil como un reconocimiento a la lucha de todos quienes han decidido no callar, pese a que cada día se incrementan las presiones, los aprietes, las amenazas…..
El asunto es que ciertos siniestros personajes decidieron aguar la fiesta.
Llegó una funcionaria de la Presidencia de la República a preguntar a Jorge Fontevecchia, presidente de la Editorial Perfil: “¿por qué premian a un agente de la CIA?” En la ceremonia la cámara del Gobierno registró a todos los asistente, y no la premiación.
Como el mundo se ha puesto al revés, se reivindica que exista una política pública, ahora llamada “alocución”, que censura a los ministros y, con ello, afecta la posibilidad de que los funcionarios rindan cuentas y devuelvan la información que no les pertenece a los ciudadanos que quieren informarse a través de los medios de comunicación privados, inclusive de aquellos descalificados como “mercantilistas” o peor aún como “enemigos”. Como si viviéramos en un país en guerra, y no en una democracia.
Sé que el mundo se ha puesto al revés. Que hay personajes dispuestos a asegurar, contra toda lógica, que la opinión es igual a publicidad y equivalente a la propaganda política. O que no se cortan para advertir en toda regla a cualquier medio que se le ocurra emitir una opinión en tiempo electoral. O que un juez cree que tiene el derecho de evitar la publicación de sentencias…………..>
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