Franklin Cepeda Astudillo
La siguiente es nuestra deplorable y vergonzosa realidad: La Asamblea, llamada por ley a fiscalizar, no fiscaliza; los jueces, llamados a dictar justicia, la acomodan a prepotentes arbitrios e imposiciones "superiores"; los ministros acatan, serviles, la prohibición de acudir a medios privados; los medios en control del poder, en vez de ofrecer un servicio social, se empeñan en aupar las causas oficiales forjando una "realidad" según la cual vivimos en el paraíso… Y la corrupción sigue: a un escándalo sucede otro, pero aquí no pasa nada; con homenajear a los "agraviados" o amenazar a los "conspiradores" brilla una "apodíctica verdad".
Y póngase a conversar con un gobiernista; ¡ay de usted si discrepa! Enseguida vendrá contra su persona toda una ristra de reacciones entre las que estarán algunas frases como: "qué pena que alguien como tú piense así", "por lo visto estás con la derecha", "que vergüenza que no reconozcas tantos logros", "por personas como tú el país no avanza"… Y claro, le chantarán, furibundos, que "este Gobierno sí ha hecho"; ¡vaya pues!, como si el "hacer" no fuera obligación propia del administrador público.
Y ni se le ocurra hablar de corrupción, que si no le dicen que en otros regímenes "hubo más" le dirán que "eso es normal en todo Gobierno" o que "todo es cuestión de percepciones".
Y tampoco llegue a mencionar las flagrantes contradicciones y arbitrariedades; no diga que el mismo día del artículo de Vistazo se publicó otro comparable en un medio "público"; ni ose mentar la destitución a la jueza y funcionaria relacionadas con el caso Cofiec, el escándalo en el Ministerio de Deportes, el caso gran hermano, las firmas en el CNE, la valija diplomática con droga, la inaudita celeridad en la sentencia contra El Universo, los concursos cuya legitimidad y transparencia están en duda y un larguísimo etcétera, a no ser que esté dispuesto a recibir nuevas "reconvenciones". Si ni los mismos funcionarios dan la cara a cuestionamientos periodísticos o ciudadanos, no le sorprenda que el más humilde seguidor de este Gobierno opte también por bloquearlo en el facebook o no aceptar discutir; el "equivocado", el "irracional", el "perverso", el "corrupto", el "resentido", el "majadero", el "malagradecido"… o el "conspirador" siempre será usted. No en vano podemos afirmar, al menos los que no tragamos el cuento, que vivimos bajo el imperio de la intolerancia y la desvergüenza. ¿Hasta cuándo?
¿Proyectos alógenos?
Hugo Romo Castillo
"Los proyectos de investigación deben responder a una línea académica institucional y no solo a los proyectos alógenos de los docentes" (René Ramírez – Senescyt).
¡Qué frase tan profunda! Pero, ¿cómo conseguirá Ramírez relacionar el adjetivo alógeno (dicho de una persona extranjera o de otra raza, en oposición a los naturales de un país, Diccionario RAE-) con el sustantivo proyecto? ¿Es eso castellano, esperanto o klingon? Complejo léxico del biosocialista, quien con un selecto grupo de sabios, revolucionarios como él por supuesto, decidirán lo que debemos investigar. Autor intelectual y material de esa novelería revolucionaria llamada Yachay (Ciudad del Conocimiento), el alfa y el omega de la investigación ecuatoriana. Una pequeña fracción de la multimillonaria inversión que demanda ese proyecto (¿alógeno?) bien podría apoyar la investigación científica en nuestras universidades, huérfanas, hasta hoy, de todo apoyo gubernamental en esa materia.>
.jpg)
No hay comentarios:
Publicar un comentario