¿En qué se parecen una buena lasaña a una buena democracia?

¿En qué se parecen una buena (deliciosa y nutritiva) lasaña a una buena (plena) democracia?

Una buena lasaña y una buena democracia se parecen en que la bondad de lasaña reside no sólo conseguir un sabor exquisito, sino asimismo en su sana constitución. Es decir que debe lograrse armonía y salud entre las partes que la constituyen (el queso, la pasta, la carne molida, los tomates, la sal, el orégano, etc.) sin que su integración signifique que los ingredientes pierdan su individualidad, su característica, su sabor; porque es justamente alcanzar su armoniosa integración lo que logra efectivamente hacer resaltar la buena disposición en que se encuentra cada una de las partes que compone la lasaña.
Pues, de igual manera, lo que logra que un gobierno alcance un buen sistema democrático es justamente trabajar para el logro de una efectiva armonía entre los miembros que forman la sociedad en la viven. Sólo respetándose honestamente unos a otros dentro de su natural diversidad se puede con el tiempo realmente alcanzar la buena integración de los segmentos que componen la comunidad, sin que por ello pierdan en absoluto su individualidad, su característica, su idiosincrasia.