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miércoles, 2 de enero de 2013

Caso Delgado - DIC. 31, 2012 - CARTAS AL DIRECTOR - EL UNIVERSO

Caso Delgado - DIC. 31, 2012 - CARTAS AL DIRECTOR - EL UNIVERSO

Caso Delgado

Con tantas denuncias de hace meses contra el primo, era de esperar que aunque sea alguien investigue algo, pues si yo fuera ese alguien me diría: ¿y si es verdad? Pero nada de esto sucedió. Al contrario, se dieron suntuosos agasajos, emotivos discursos defendiéndolo de parte de muchos políticos, cadenas de televisión, sabatinas, públicas afirmaciones de “pongo las manos al fuego” de que todo era un ataque de la prensa “corrupta” y de la banca, que lo “persiguieron” tanto al pobre primo que debió refugiarse en Miami, sucursal de los que no se quedan para dar la cara.

Pero hay que reconocerle al famoso primo que sí ha tenido gran creatividad y audacia al haber engañado tanto tiempo a tantos ingenuos ecuatorianos, incluyendo a las más altas esferas y mandos de gobierno que le dieron mucho poder.

Dijo el primo que “un error de juventud” fue lo que sucedió. La verdad es que todos hemos cometido alguna vez errores cuando jóvenes, pero muy pocos lo pudieron mantener tantos años en secreto y que ese “error” le haya servido para ser tan importante y confiable para muchos, y manejar tal cantidad de recursos con tan poco control estatal.

Pero en este país todo es posible, así que un día salió en una rueda de prensa de 3 minutos, dijo lo que quiso muy corto en palabras, no aceptó preguntas y al siguiente día se fue a Miami. Pero lo que indigna al ciudadano común que se parte el lomo todos los días trabajando, que no puede acceder a créditos tipo Duzac, no puede comprar una villa en Miami, no tiene plata para viajar en primera clase, debe pagar tantos impuestos, no falsifica títulos, no tuvo posibilidades de ir al exterior para obtener maestrías, no tiene vehículos lujosos ni guardaespaldas, no recibe agasajos, anda contando el medio y el real para cubrir su presupuesto mensual, no tiene parientes poderosos ni en consulados, nadie le presta ni cien dólares peor doscientos mil para comprarse una propiedad, etcétera; es que a nosotros nos tocó otra suerte muy distinta y debemos seguir aguantando.

Ayer un taxista me dijo: “todo eso de que van a llamar a declarar sabe cómo se llama: amague”; creo que él me dijo la plena.

Carlos Verdesoto Marriott,
Guayaquil

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