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domingo, 12 de enero de 2014

La sucia campaña | HOY | Noticias del Ecuador y el mundo | Ecuador - Quito - Guayaquil

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Prohibido olvidar.



"La sucia campaña."
Artículo de opinión, publicado en el Diario HOY del jueves 24 de enero de 2013, escrito por Diego Ordóñez.


El congelamiento de depósitos y el feriado bancario, aparte de destructivos como fueron para las economías familiares, han sido una mina para la manipulación y el endilgamiento de responsabilidades asentados en un bien armado discurso repleto de emoción y distante de la mera realidad.

Es en esta línea, de bajo calibre ético, se han puesto en escena piezas de llamado "humor político", para desprestigiar al candidato Guillermo Lasso. Circulan en tuiter, y se difunden en los canales incautados, quien a la época no tuvo vela en ese entierro. Sin embargo, se escurre en precisar la responsabilidad de Delgado, el primo trashumante, quien fue funcionario del Gobierno de Mahuad, parte de la decisión dramática del feriado bancario y actor en la compra de CDR’s en la CFN (Corporación Financiera Nacional).

Indagado el Jefe de propaganda del candidato-presidente sobre el uso de los canales estatizados y estatales para este propósito, ha respondido, con el suelto cinismo que le caracteriza, responsabilizando a los administradores de esos canales, quienes tampoco ofrecen explicación alguna confiados en la fidelidad de los organismos de control y fiscalización.

El filósofo economista Friedrich Hayek, calificó como la "negación de toda moral social" a la justificación de los medios por el supuesto valor ético del fin. Y se lo atribuyó a quienes se sostienen en una ética colectivista y del llamado bien del conjunto. En Alianza País -y en los adláteres que gobiernan- mantienen una férrea convicción del mesianismo de su proyecto y de su líder, que juntos representan el camino de la redención colectiva. Este fin, que se sobrepone al bien y al mal, es el que convierte en éticos cualquier artificio, subterfugio o maniobra vedada por la moral, pero conveniente para el fin del bien colectivo: Burlar la verdad. Responsabilizar a los inocentes. Absolver a los culpables. Usar el aparato estatal. Todo sirve porque el fin de la redención es superior. Y esa redención es imposible si su artífice no es repuesto al solio, sobre el que se ha posado con fines de salvación.

Al mismo tiempo que arroja piedras en contra de sus adversarios, el artífice de esta iniquidad se esconde del debate. Protegido por los aperos del poder y por la eficiencia servil de sus colaboradores, adecuadamente distribuidos en las posiciones claves, no presenta cara para que los endilgados de culpas ajenas puedan deducir su defensa. Tampoco es posible que las cámaras, periodistas y preguntadores que gastan horas de grabación en promover los desplazamientos electorales del candidato-presidente, muestren un poco de pudor y algo de deontología profesional, cubriendo proporcionalmente aquello que los otros contendores hacen. Desde la génesis de estos abusos, el eterno candidato-presidente mostró poco afecto por reconocer derechos, sino más bien por acapararlos en su provecho. Y de eso se trata todo esto.>

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