Artículo de opinión escrito por Diego Ordóñez, publicado en el Diario Hoy de la ciudad de Quito el jueves 20 de diciembre de 2012.
"La percepción de corrupción".
Para variar -a espaldas de los acusados-, en el show tóxico de los sábados, el Presidente, lista en mano y con vozarrón de vendedor en feria, arremetió contra los supuestos informantes de TI. Les insultó, acusándoles de corruptos. Y les endilgó un afán conspirativo en contra de la imagen del Presidente. Antipatrias, pues al ofender al Presidente, ofenden al país, sentenció. Dicho de paso, estas alocuciones dejan ver conceptos implícitos, tales como la confusión -típica de las mentes autoritarias- entre País, Estado, Gobierno, Presidente y Partido, que son, a la lógica del correísmo, lo mismo o casi lo mismo.
Los países en los que sus ciudadanos perciben un menor nivel de corrupción, tienen características similares en la menor discrecionalidad del funcionario público por sistemas legales estables, independencia e idoneidad de la administración de justicia y procesos transparentes en contratación pública. Aparte de funcionamiento, generalmente aceptable, de las instituciones de control.
Jueces subordinados al poder político o inestables, tal como los temporales, no crean certezas en que sus resoluciones se ajusten al Derecho. La extrema variación de leyes, sino las mismas atribuciones contenidas en las leyes emitidas en estos seis años que otorgan amplias capacidades reglamentarias a órganos públicos, crea condiciones propicias para la discrecionalidad que puede moverse fácilmente por estímulos poco ortodoxos. Y la opacidad en la contratación pública, por los abundantes contratos que se asignan sin procedimientos concursales y amparados en inconstitucionales y abusivas declaratorias de estado de emergencia. De esa forma es que el hermano del Presidente, quienes no escatiman prudencia para decir corruptos al resto, fueron, en su gran mayoría, asignados sin concursos. En estos días, uno de los asuntos relevantes del informe de la veeduría de Garzón es la poca transparencia en la información sobre el gasto millonario -así dice la publicidad- realizado por el CNJ. Si con concursos e informes se han producido sonados casos de corrupción, es natural suponer que sin al menos esos filtros, sin fiscalización legislativa y con jueces obligados a favorecer a protegidos políticos, mayor nivel de corrupción se debe estar produciendo.
A poco de inaugurar su Gobierno, el Presidente Correa comprometió a este Diario a convertirse en atalaya para la aplicación de las normas sobre transparencia de la información. En estos seis años, sin embargo, los procesos de endeudamiento se hacen con contratos secretos, se prohíbe a funcionarios públicos proveer información, se restringe información sobre gestión presupuestaria.
¿Es reprochable, entonces, tener la percepción de corrupción que tanto enfurece al Presidente Correa?>
Fuente: http://www.explored.com.ec/noticias-ecuador/la-percepcia-n-de-corrupcia-n-569378.html
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