Enciclopedia del Ecuador - Efrén Avilés Pino

Enciclopedia del Ecuador - Efrén Avilés Pino

Este sábado 10 de agosto el pueblo ecuatoriano conmemora el ducentésimo-cuarto aniversario de la Primera Junta de Gobierno autónoma o el Primer Grito de Independencia hispanoamericana.

Todo eso es falso, de falsedad absoluta; es decir, una mentira que, de tanto ser manipulada y repetida, ha pasado a convertirse en verdad.
La revolución quiteña (Ecuador a la sazón no existía; lo que existía era el territorio que comprendía la Real Audiencia de Quito) del 10 de agosto de 1809 no fue un movimiento independentista, sino la conspiración de un grupo de patriotas criollos quiteños, fieles a España, quienes tenían como único objetivo cambiar a las autoridades que en ese momento gobernaban la Audiencia y sustituirlas por un nuevo gobierno que juró “lealtad absoluta a Su Majestad el Rey Fernando VII de España”, quien había sido depuesto por una invasión francesa a España comandadas por el militar corso Napoleón Bonaparte.
Los acontecimientos se remontan a 1808, año en que Napoleón Bonaparte invade España, obliga a abdicar al Rey Carlos IV, toma prisionero al heredero don Fernando VII e instala en el Trono español a su hermano José Bonaparte.
La influencia de Francia sobre España fue tan poderosa, que no le resultó difícil al usurpador hacer efectiva su autoridad en las Colonias “La generalidad de las Autoridades españolas en América parecieron inclinarse ante el hecho consumado y dispuestos a acatar el decreto firmado por el Consejo de Indias, que los confirmaba en sus empleos y les mandaba reconocer las cesiones acordadas… pero no así los súbditos que, para manifestar su adhesión a la Familia Real españolas, arrojaron públicamente a las llamas la proclama del Rey intruso y expulsaron a sus emisarios” (José Le Gouhir.- Historia de la República del Ecuador, tomo I, p. 71).
En efecto, para enfrentar esta situación, en cada provincia y ciudad grande de España se formaron “Juntas Soberanas de Gobierno”, que rechazaron al régimen usurpador de José Bonaparte, proclamando y defendiendo además los derechos de Fernando VII. El concepto de estas “Juntas” se impuso también en algunas ciudades de América, donde se conformaron otras “Juntas” con el mismo y único propósito de defender los derechos del Monarca español a quien correspondía la Corona de España.................................>