Ya en la concreción de la reforma a cargo del Consejo de la Judicatura Transitorio (CJT) se reiteraron las dudas sobre la independencia en la selección de los jueces con el sistema elegido, en el cual, en la etapa final, los tres integrantes del CJT asignaron 10 puntos por la entrevista a los candidatos a jueces. Esos puntos cambiaron el puesto que ocupaban como resultado de las calificaciones previas de méritos de los participantes.
En el informe final de la Veeduría Internacional se presentan reparos a las dos fases de aquella selección. De esta forma se refrendan las dudas que diversas voces ciudadanas habían expresado desde el inicio sobre la reforma. Tanto en el informe final como en los tres informes precedentes, los veedores internacionales, coordinados por el magistrado español Baltasar Garzón, han puesto de relieve el valor sustancial de la independencia judicial. Sin ella no puede haber justicia confiable.
Los veedores señalan que la vulnerabilidad de los jueces no sólo tiene su origen en otros poderes del Estado y poderes externos, sino en la misma Justicia, "a través de mecanismos administrativos que afectan a la inamovilidad judicial y de la propia función disciplinaria". Esta se puede convertir, advierten, "en uno de los agentes más perniciosos contra la independencia judicial", si no es ejercida la función disciplinaria con el mayor respeto a la esfera jurisdiccional. Urgen los veedores a aprobar una ley que regule el sistema disciplinario de los servidores judiciales.
Es un mecanismo importante para preservar la independencia de la Función Judicial.>
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