Miércoles 19 de diciembre de 2012.
Las audiencias fallidas, los informes con los números de las publicidades y propagandas deslegitimados, las voces silenciadas a punta de descalificaciones, parecen haber desgastado a amplios sectores, que ya no dicen nada sobre el delicado tema que resulta visible para todos.
La propaganda del Gobierno ecuatoriano copa todo: Están en el fútbol, del que parecen haberse apropiado a través de los canales incautados que manejan como si fueran medios gubernamentales. Están en el cine, igual en las vallas, en las radios a toda hora y en todo tipo de programa, en los canales de televisión, interrumpiendo incluso los noticiarios; en las vallas de calles, y carreteras a lo ancho y largo de toda la geografía ecuatoriana; en pancartas, en folletos, en libros y en todos los medios de comunicación editados desde el poder.
En estos días, una de las propagandas más difundidas son "Los honestos somos más" de la Secretaria de Transparencia; "Ecuador desde afuera"; los "Los evolucionarios", que habla de los estudiantes becados al extranjero, de Senplades; otra, del Ministerio de Bienestar Social, por la Navidad; una más del Ministerio de lo Laboral; otra de las Aduanas, de los Correos y, "Hasta el fin" de la "Misión Manuela Espejo", de la Vicepresidencia de la República, etc. Y todo esto con la autorización del Consejo Nacional Electoral (CNE) .
El CNE no podría seguir de brazos cruzados. Y es que parece no darse cuenta de que se le fue de las manos el control de la propaganda. Resulta risible un proceso electoral asimétrico bajo el silencio del organismo llamado a conducirlo con equilibrio.
Los códigos que ha entregado para que agreguen al final de la propaganda del Gobierno debe terminar de una vez por todas. ¿Cómo deciden qué propaganda va y cuál no? ¿Alguien ha escuchado alguna explicación al respecto?
Se debe guardar -aunque sea- las apariencias. No puede el organismo de control electoral que conduce las elecciones dejar entrever que inclina la cancha en favor de su favorito. El estado de propaganda en la que se ha sumergido a Ecuador por la sobreexposición del oficialismo es inquietante.
Las sabatinas son otra suerte de puesta en escena de una megaprogaganda. A razón de una supuesta rendición de cuentas lo que se hace es exaltar al poder y sus obras, así como zaherir a los disidentes y todos los opositores.
De por medio está el uso del dinero del Estado. ¿Cuánto tienen asignado para la publicidad en el Presupuesto General del Estado? ¿Analizaron los diputados? ¿Hicieron algún reparo? ¡Que alguien responda!>
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