Mientras Vladimir Putin tiene un interés inmediato en despresurizar la crisis para garantizar la asistencia en términos amistosos de Barack Obama a la Cumbre del G-20, que se celebrará en San Petesburgo el 5 y 6 de septiembre, los países de la ALBA encuentran en la osadía de Snowden una oportunidad sexy y escandalosa para desafiar a la Casa Blanca en el terreno que más le duele, después del 11 de septiembre de 2001: inteligencia antiterrorista y seguridad nacional.
¿Pero qué pasaría si Snowden fuese venezolano, cubano, ecuatoriano, nicaragüense o boliviano? Si hubiese sido compatriota del “comandante supremo” Hugo Chávez, la justicia venezolana seguramente le aplicaría los artículos que sancionan el delito de traición a la patria, según el Código Penal: entre 5 a 30 años de prisión, más incontables horas de condena propagandística en los medios oficiales, persecución a sus familiares y confiscación de todos sus bienes.................................>
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