jueves, 6 de septiembre de 2012
Las metas del socialismo y el cristianismo.
Así como no se llega a la práctica de un verdadero cristianismo sin el sentimiento de amor en el corazón, así tampoco se llegará a la práctica de un verdadero socialismo sin el gobierno de un efectivo sistema democrático.
Sin amor en el corazón, no hay en absoluto ninguna forma de llegar a la real intención del cristianismo.
Asimismo, sin un gobierno plenamente democrático, no hay en absoluto ninguna forma de llegar a la real intención del socialismo.
El socialismo es una postura política que en su fundamento filosófico esencial busca a través de su accionar la plena unidad del conjunto de toda la sociedad.
Nunca de cualquier manera se podrá alcanzar jamás la tan anhelada unidad discriminando y hasta criminalizando a quienes con el Gobierno no concuerdan o se le oponen, porque la esencia de la democracia, además de las elecciones de forma universal y secreta de las autoridades, es la positiva vigencia de la oposición al gobierno de turno.
Hay que discriminar, sí, pero NO al que piensa diferente, cuestiona o se enfrenta, sino más bien al ladrón, al asesino, al violador, al tramposo, al corrupto.
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