En estos nueve meses se nos ha acusado de todo: amigos de torturadores, opositores, conspiradores, informantes-espías al servicio de una potencia extranjera, subalterno de Obama, "socio comercial" de la CIDH y hasta "más que amigo" de la relatora especial de Libertad de Expresión... Ni John Le Carre hubiera podido crear tan extraordinario personaje: imaginación no falta en las alturas del poder.
Tampoco escrúpulos, pero cada mentira o media verdad manipulada por los operadores políticos del Gobierno (a veces travestidos en periodistas) los envilece mucho más, que el daño que provocan en quienes hemos sido atacados sin pudor. Si aquí quieren encontrar un enemigo, no tendrán más que una mano tendida para ayudar a revertir el marcado deterioro de las libertades en el Ecuador............>
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