UNICEF Ecuador - Situación de la niñez - Celebración día del Niño y Niña
Este domingo primero de junio en la República de Ecuador se celebra el Día del Niño.
<Hoy es el día del niño. Es un día para recordar que las niñas, los niños y los adolescentes son sujetos de derechos y, por lo tanto, su protección y desarrollo pleno es responsabilidad máxima de todos los adultos encargados de su crianza, sin descartar la idea de que las niñas y los niños grandes, y los adolescentes, tienen también ciertas responsabilidades que se desprenden de sus derechos.
Es un día y un mes para reflexionar, priorizar, valorar, entender y comprometerse con la niñez y la adolescencia de la sociedad en la que vivimos.
EN LA FAMILIA.
Los niños aprenden -como lo hace cualquier animalito- lo que ven en su entorno, y su entorno no es más que el hogar donde son criados. No son en absoluto los discursos que les dan los adultos responsables de su crianza para corregirlos lo que les llega a sus corazoncitos y así aprenden, sino que es más bien el ejemplo que dejan los actos del día a día que reciben de los adultos encargados de su crianza lo que moldea decisivamente su comportamiento. El ejemplo -no hay ejemplo que valga sin la presencia física del que enseña, porque sería como enseñarles a nadar sin agua- es la herramienta última en la formación de los niños; por lo tanto, los responsables de la crianza de los niños tienen que re-enrumbar sus conductas y prioridades, si quieren de veras que los niños que dependen de ellos para su buena crianza sean mejores seres humanos que lo que ellos fueron (tengan una mejor vida que la que a ellos les tocó vivir).
Los adolescentes, a pesar de su paulatinamente ganada autonomía, necesitan sin embargo saberse siempre apoyados, escuchados, que no están solos. La paciencia -¡mucha paciencia!- es el fundamento en que estriba y sobre el que se apoya su buena formación.
EN LA ESCUELA.
Los niños, así como necesitan juegos y estímulos lúdicos con mucho cariño para aprender lo que se les enseña, al mismo tiempo necesitan aprender la importancia del bien (la práctica cotidiana y consciente de la honestidad, el respeto, la templanza, la ecuanimidad, la humildad, la solidaridad, la fe, el honor, etc.).
Los adolescentes necesitan -debido a que crecieron- ser formados de una manera menos teórica en la práctica del bien, para no dejarse arrastrar por (no encadenarse al) lado negativo de la vida (que surge inevitablemente como el producto de la ausencia diaria y responsable de la práctica del bien): la mendacidad, la desconsideración, el desorden, la injusticia, la vanidad, el egoísmo, la incredulidad, la infamia, etc. Necesitan los adolescentes encontrar la comprensión (ser escuchados) que muchas veces no encuentran en la familia, ya sea por falta de atención, ya sea porque casi nunca están en casa.>
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